Los Mundos Opuestos de Mirada Interna



Hace poco me topé con un disco que me ha causado un gran impacto y reafirma lo que he mencionado muchas veces en el sentido que el talento venezolano está a la altura de el de cualquier otra latitud. Adicionalmente, también es una prueba que indica que en tiempos de crisis, la creatividad recibe un estímulo que se traduce en la creación de obras clásicas e imperecederas. Para nadie es un secreto que Venezuela está sumida en una de las peores crisis de su historia y, a pesar de ello, hemos contado en años recientes con producciones discográficas de incalculable valor. Sólo el 2019 nos dejó joyas musicales como los trabajos de ZENTAX ERROR )Malaise & Malevolence y la trilogía The Essential Is Invisible) o el indispensable Hyperbole de EDDIE RORSCHACH & THE LIZARD BRAIN ORKESTRA. A estas obras también se une la agrupación merideña MIRADA INTERNA con su más reciente producción discográfica: Mundos Opuestos, publicada a finales del año pasado y escribir mis impresiones sobre este disco ya entrando al quinto mes del 2020 no significa desfase o retraso porque es un disco que tiene los ingredientes necesarios para convertirse en un clásico atemporal y se puede escribir sobre el mismo hoy o dentro de 10, 20, 30 años. Ya han transcurrido cinco años desde el debut discográfico de la agrupación (Ciega Fuerza, 2015) y la situación país ha hecho que algunos de sus integrantes se encuentren hoy fuera de nuestras fronteras. Estos cambios han dejado a Jorge Espinoza (voz, batería, teclados, percusión, compositor) y Mirelys Dugarte (voz) como los supervivientes de esa primera grabación y a ellos han unido fuerzas Freddy Dugarte (bajo, cuatro) y Luigi Di Nuzzo (guitarra eléctrica, cuatro) para brindarnos una obra maestra que trataremos de ir deglosando tema a tema.



La batería y percusión da inicio a Oscuras nubes, un sonido un tanto misterioso que se disipa con la entrada del cuatro (a cargo de Luigi Di Nuzzo), bajo y, especialmente, esa guitarra que le da el toque final para deslizarse hacia las vertientes de lo progresivo. El trabajo vocal de Jorge Espinoza es simplemente perfecto y el solo de sintetizador lleva magia; el tema es como un puente de transición entre Ciega Fuerza (2015) y esta nueva producción discográfica. El viaje sigue con Mundos opuestos y aquí nos regalan, como punto de partida, un buen riff de guitarra y luego decanta hacia la corriente progresiva pero con un sonido rítmico que llega rápidamente y que puede ser considerado el sencillo del álbum; una pieza fácilmente asimilable y que podría ser de presencia fija en espacios radiales “serios”, un corto solo de sintetizador precede al solo de guitarra con un enlace perfecto entre ambos pasajes solistas. Una guitarra a lo David Gilmour acompañada con sonidos de piano y teclados que crean atmósferas de fondo dan paso a Renacer y ese preámbulo es el puente para la entrada de una de las interpretaciones vocales más hermosas que he escuchado en los n años que llevó disfrutando de los placeres de la música .. Mirelys Dugarte hace de su voz un instrumento donde los cambios de tonalidad van a paso perfecto con los cambios de ritmo de la pieza y como elemento adicional, Luis Salas, quien fuera uno de los participantes en la grabación de Ciega Fuerza, le da un toque mágico con el cuatro…. lo que hace Mirelys con su voz previo a ese magnífico y maravilloso solo de guitarra es algo digno de dioses y me permite descubrir que aún me quedan algo de pelos porque siento como se me paran y se me eriza la piel; no quiero sonar repetitivo pero es necesario decirlo: definitivamente nuestro talento venezolano está a la par del de cualquier otra latitud y esta pieza es una de las cosas más perfectas y hermosas que han entrado por mis oídos y se han transportado a mi cerebro y de allí a cualquier terminación nerviosa de mi cuerpo .. el solo de guitarra al final es un viaje donde sentimos como Di Nuzzo se desplaza hacia los trastes más bajos del mástil para luego brindarnos una serie de riffs acompañados de las sonoridades del bajo y la batería … el final, digno de ángeles. Volátil tiene la difícil labor de mantener el nivel que alcanzaron con Renacer y que bien que lo mantiene, incluyendo el gran trabajo vocal de Jorge Espinoza .. la pieza te lleva, te transporta .. ¿hacía dónde? creo que a cada quien a un lugar diferente. Nuevamente el cuatro, en este caso de parte del invitado Franklin Quintero, y la percusión le da ese sonido que  nos permite hablar de rock progresivo venezolano y nuevamente un solo de guitarra antológico que suena paralelo a las vocalizaciones para luego cerrar con un piano celestial. Nada cambiará comienza con una guitarra que perfectamente puede llevarnos al sonido Floyd de las época Obscured by Clouds (1971) o Meddle (1972) pero manteniendo la identidad de MIRADA INTERNA, un tema bien construido con una combinación que lleva de lo progresivo a lo psicodélico. Con Tonada Yagé nos transportan nuevamente a cotas mágicas a través de la hermosa voz de Mirelys Dugarte en una bella tonada que es un digno tributo a esos hermosos regalos musicales que nos dio el maestro Simón Díaz, un gran trabajo de cuatro a cargo de Freddy Dugarte, los teclados emulando sonidos de instrumentos de viento como flauta de bambú y una gran conjunción bajo-batería hacen de Tonada Yagé una pieza que se va a convertir en punto de referencia a la hora de hablar de Rock Hecho en Venezuela. Nuevamente aquí puedo decir que MIRADA INTERNA nos da una muestra de lo que podemos llamar rock progresivo venezolano, con una fusión entre sencillez y complejidad y, lo más importante, con un feeling interpretativo que llega de inmediato. La decisión comienza con un trabajo excepcional de batería y percusión complementado con bajo y teclados seguido de unos  riffs de guitarra que pueden transformarse en clásicos. El tema tiene un ritmo pausado donde el trabajo vocal complementa el ritmo dominado por la guitarra, batería y bajo además de un corto pero preciso y magnífico solo de teclados junto con una batería que nuevamente para los pelos. Este tema también lleva a cotas muy altas y eso indica que Mundos Opuestos no es disco de un solo tema, son ocho piezas bien engranadas donde cada una te lleva a un sitio especial. Dispuesto es el cierre del álbum, una balada progresiva donde Carlos Camino participa como invitado para encargarse de la guitarra y verdaderamente se luce, es un tema que lleva a un pico que te hace ansiar la llegada del próximo trabajo de esta gran banda merideña; el final es apoteósico, con una guitarra dándole una fuerza única a la pieza y que hacia los segundos finales nos da un relax el sonido de los teclados.



No sé si logré llevar a palabras la magnificiencia de los Mundos Opuestos de MIRADA INTERNA, es una tarea difícil y creo que la mejor manera de captar lo que trato de expresar es escuchando cada una de las piezas que dan vida a una gran obra musical, www.miradainterna.com nos da esa oportunidad y no hay que pasarla por alto.

Williams León

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